domingo, 4 de mayo de 2008

Un dia despiertas rodeado de pedazos de cielo envueltos en la más delicada seda oriental, al otro despiertas con aleteos de moscas en la cuenca de los ojos; y finalmente un dia no despiertas. Aún con todo y esto nos llamamos felices, iluso refracto de creación.

1 comentario:

Anónimo dijo...

al final de cuentas siempre despiertas, con moscas, sedas, o ruiseñores o gusanos, o gorriones o cucarachas, luego de esos interminables despertares, por fin vas a abrir los ojos en lo oscuro, ya ciego, pero siempre despertas al final de cuentas.

-Luigi-