lunes, 21 de abril de 2008

Para dar, para nos

Cave un mundo atrás del cielo,
Un dios muere por cada respiro,
El blanco, ¡Cristo Rey!, velo,
Espanto
Hace el tiempo la labor, la vida
Esa que hoy pierde el eco
Que ya no se ve a la cara,
¿Cuánto más de todo?, cuanto menos,
Nada cambia el sombrío, menos culpa siente el pecho,
Menos furia el desanhelo; rubia cabellera,
El olor de la mierda,
El sabor de una lagrima al final de tus vellos,
Manantial del veneno,
Pero, ¿y dónde Dios?, nunca más, ya lo sé,
¿Dónde un cielo azul?, ¿dónde incluso un tridente?,
No pasión, no guerra, no nada, no se hunde,
Sólo, solo.

Al Cardumen

Si no es masa, cuando cae, veo arriba, nada veo, siento piedras en la espalda,Abre el tiempo, cierra el alma, canta que Dios no escucha,Llámale pueblo, hipócrita, no soy yo, ni con vos,Mi hermano no llamo a quien de mi nada siente, y tampoco ha de llamarme hermano quien sufre,Silencio señor, no vengas, no intentes doblar las puertas del olvido,Esta vez no eres tú.El frío, la llave, un hombre, que no,¿Cómo abren los ojos?, ¿Qué esperan oír?,Ayúdame dicen, ¿Lo haces?, claro.Sensible, tanto como verdugo,Escribís banderas y pueblos,Nada hacen dices, tampoco yo, ¿y vos?